miércoles, 24 de febrero de 2016

LA DIARREA POR ANTIBIOTICOS

Los antibióticos pueden alterar el equilibrio de los microorganismos que habitan en el intestino, lo cual puede derivar en una diversidad de síntomas, en particular diarrea. Los antibióticos se encuentran entre los medicamentos más prescritos del mundo, lo que determina que las diarreas por la toma de antibióticos sean muy frecuentes en la población.
Consejos para tratar la diarrea
  1.  Bebe abundante líquido para reemplazar toda el agua que hayas perdido.
  2. Evita consumir temporalmente lácteos: leche, yogur, queso...
  3. No comas alimentos que contengan harina de trigo como pan, pasta o pizza.
  4. Evita temporalmente consumir alimentos ricos en fibras como frutas, granos y salvado.
  5. Introduce en tu dieta carnes y pescados hervidos, a la plancha o al horno. No tomes fritos o rebozados.
¿Debo tomar probióticos?
Sí, los probióticos son beneficiosos porque mejoran el equilibrio de la flora bacteriana que habita el intestino, y  además reducen el riesgo de colonización por bacterias patógenas. Previenen y mejoran las diarreas mientras se toman antibióticos.
La diarrea asociada a la toma de antibióticos puede aparecer desde las porcas horas tras el inicio del tratamiento antibiótico o tras 6-8 semanas desde su finalización.
FUENTE: Grupo Famasierra.
 
 

martes, 23 de febrero de 2016

Obesidad: una pérdida de peso de un 5% ya generaría beneficios saludables

Un estudio señala que una pérdida relativamente pequeña de peso en pacientes obesos reduciría el riesgo de diabetes y de enfermedad cardiovascular, y mejora la función metabólica en el hígado, la grasa y el tejido muscular.


Los pacientes con obesidad que intentan bajar de peso tienen mayores beneficios saludables perdiendo solo el 5 por ciento de su peso corporal, según un estudio que se ha publicado en Cell Metabolism, realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos).
Según los investigadores, una pérdida relativamente pequeña de peso reduce el riesgo de diabetes y de enfermedad cardiovascular, y mejora la función metabólica en el hígado, la grasa y el tejido muscular.
"Los resultados demuestran que se obtienen mejores resultados con una pérdida de peso del 5 por ciento. Las pautas actuales para el tratamiento de la obesidad recomiendan una reducción de peso del 5 al 10 por ciento, pero la pérdida de un 5 por ciento del peso corporal es mucho más fácil que perder el 10 por ciento. Por lo tanto, esto ejerce una motivación para los pacientes que tienen un objetivo más fácil", ha dicho Samuel Klein, investigador principal del estudio y director del Centro Universitario para la Nutrición Humana en Washington. 

EN 40 PERSONAS
Klein y William H. Danforth, profesor de Medicina y Ciencias de la Nutrición y jefe de la División de Geriatría y Ciencia Nutricional, asignaron al azar a 40 personas obesas (sin diabetes) a mantener su peso corporal o a ponerse a dieta y reducir un 5, un 10 o un 15 por ciento del peso corporal. Los investigadores observaron todo el cuerpo, los órganos y los sistemas y las respuestas celulares antes y después de la pérdida de peso.

Mientras otros ensayos clínicos aleatorios habían evaluado los efectos de variación de la pérdida de peso en personas con obesidad, los autores creen que este estudio es el primero que ha separado los resultados en personas que lograron una pérdida de peso del 5 por ciento de los que lograron un 10 por ciento o mayor.
Entre los 19 voluntarios del estudio que perdieron un 5 por ciento de su peso corporal, la función de las células beta de secreción de insulina mejoró, al igual que la sensibilidad a la insulina en el tejido adiposo, en el hígado y en el tejido musculoesquelético. Una pérdida de peso del 5 por ciento también se asoció con la disminución de la grasa corporal total y con mucha menos grasa en el hígado.
Mientras tanto, nueve de los pacientes del estudio continuaron perdiendo peso, llegando finalmente a la pérdida del 15 por ciento. Estos experimentaron mejoras adicionales en la función de las células beta y la sensibilidad a la insulina en el tejido muscular, pero no mejoraron la sensibilidad a la insulina en el tejido hepático ni en el adiposo con una mayor pérdida de peso.

NO TODOS LOS SISTEMAS ORGÁNICOS RESPONDEN IGUAL
"La continua pérdida de peso es buena, pero no todos los sistemas orgánicos responden de la misma manera. El tejido muscular responde mucho más a la pérdida de peso continua, pero el hígado y el tejido adiposo han alcanzado casi su máximo beneficio en esa pérdida de peso del 5 por ciento", ha dicho Klein.

Los marcadores de inflamación no cambiaron considerablemente cuando los sujetos del estudio perdieron una cantidad moderada de peso. Aunque los científicos plantean la hipótesis de que el aumento de la inflamación en el tejido graso contribuye a los problemas metabólicos como la resistencia a la insulina, el estudio observó que la función metabólica podría mejorar, mientras que los marcadores de inflamación se mantienen sin cambios.
Estos resultados requieren posteriores estudios. Además, Klein quiere ampliar el estudio a personas con diabetes. "No sabemos si las personas con diabetes tendrían la misma respuesta a este tipo de pérdida de peso progresiva, por lo que será importante repetir este tipo de estudio en personas con diabetes tipo 2".

Fuente: "Correo Farmacéutico", 23-02-2016.

 

miércoles, 17 de febrero de 2016

Las verduras de hoja verde, beneficiosas para las bacterias 'buenas' del intestino

El hallazgo sugiere que las verduras de hojas verdes limitarían la capacidad de las bacterias malas para colonizar el intestino.

Investigadores han descubierto cómo las bacterias se alimentan de una molécula de azúcar inusual que se encuentra en los vegetales de hoja verde que podría ser la clave para explicar cómo las bacterias buenas protegen el intestino y promueven la salud.
El hallazgo, que se describe en Nature Chemical, sugiere que las verduras de hojas verdes son esenciales para la alimentación de las bacterias intestinales buenas, lo que limita la capacidad de las bacterias malas para colonizar el intestino.
Investigadores de Australia y Reino Unido identificaron una enzima previamente desconocida que emplean bacterias, hongos y otros organismos que se alimentan del inusual azúcar pero abundante sulfoquinovosa -SQ- que se encuentra en los vegetales verdes.
Cada año, las verduras de hojas verdes -como la espinaca- producen el azúcar en enorme escala mundial, comparable a la producción del mineral de hierro anual total del mundo. El director de la investigación, Ethan Goddard-Borger, del Instituto Walter y Eliza Hall, en Australia, cree que el hallazgo podría explotarse para fomentar el crecimiento de bacterias intestinales 'buenas'. "Cada vez que se comen verduras de hoja verde se consumen cantidades significativas de azúcares SQ, que se utilizan como fuente de energía por las bacterias intestinales buenas -ha afirmado-. Las bacterias en el intestino, como cruciales cepas protectoras de E. coli, utilizan SQ como fuente de energía. E. coli proporciona una barrera protectora que impide el crecimiento y la colonización por bacterias malas". "E. coli es un colonizador bacteriano clave necesario para nuestro intestino. Especulamos que el consumo de esta molécula específica dentro de verduras de hoja verde demostrará ser un factor importante en la mejora y el mantenimiento de la flora intestinal sana y la buena salud digestiva", ha añadido.

UNA ENZIMA TIENE LA CLAVE
Spencer Williams, del Instituto Bio21 y la Universidad de Melbourne, en Australia, relata que el equipo ha puesto de manifiesto cómo las bacterias extraen el azúcar de las plantas con el fin de impulsar su crecimiento. "Hemos descubierto que la enzima YihQ es empleada por las bacterias para absorber y metabolizar estos azúcares que contienen azufre como alimento", ha detallado.

"El azufre es fundamental para la construcción de las proteínas, los componentes esenciales de todos los organismos vivos. SQ es la única molécula de azúcar que contiene azufre y la digestión de la molécula por la bacteria libera azufre en el medio ambiente, en el que vuelve a entrar en el ciclo del azufre global para ser reutilizado por otros organismos", ha subrayado. "Este trabajo responde a un misterio de 50 años que ha rodeado a la forma en la que el azufre -un elemento esencial para la vida en la Tierra- se utiliza y se recicla por organismos vivos -ha explicado Williams-. Lo que es notable es que la enzima YihQ se ocultaba a la vista y es producida por la humilde bacteria E. coli, presente en casi todos los laboratorios de biólogos".
El descubrimiento también proporciona información crucial que puede explotarse un día para desarrollar una nueva clase de antibióticos, según Goddard-Borger. "Se necesitan nuevas estrategias antimicrobianas desesperadamente a medida que más y más bacterias adquieren resistencia a las clases existentes de antibióticos", ha destacado. "Pensamos que va a ser posible utilizar estas enzimas generalizadas para permitir el suministro altamente específico de antibióticos a las formas perjudiciales de 'E. coli' y otros patógenos, como la' Salmonella', responsable de la intoxicación alimentaria, mientras que deja las buenas bacterias intestinales sin tocar", ha concluido.

Fuente: "Correo Farmacéutico", 16-02-2016.

 

martes, 9 de febrero de 2016

El consumo de cocaína produciría "alteraciones" en el cerebro

Un estudio habría demostrado por primera vez que los consumidores de cocaína tienen "alteraciones" en la función y las estructuras cerebrales respecto a personas sanas.


Un estudio del Hospital Sant Pau, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) habría demostrado por primera vez que los consumidores de cocaína tienen "alteraciones" en la función y las estructuras cerebrales respecto a personas sanas.
El trabajo, que publica Addiction Biology, demuestra que el cerebro de los consumidores de cocaína no detectan correctamente las consecuencias adversas del propio comportamiento.
También señala que estos consumidores tienen dificultades en la atribución de prioridades, toma de decisiones y la inhibición de conductas adecuadas.
Los investigadores utilizaron tres técnicas diferentes de neuroimagen por resonancia magnética para estudiar los patrones de activación cerebrales y la integridad de la materia gris y blanca de los consumidores de cocaína.
Durante el estudio, se expuso a los participantes en un juego de azar mientras se medía la activación cerebral asociada en esta actividad, y los investigadores descubrieron que los consumidores de cocaína muestran un estadio de "hiperactivación" en una región profunda del cerebro que forma parte del conocido como 'circuito de la recompensa'.
Este circuito es muy antiguo desde el punto de vista evolutivo y está formado por una serie de regiones interconectadas que favorecen comportamientos básicos, como son comer o tener sexo.
Durante la realización del análisis, los consumidores de cocaína mostraron mayores activaciones que los individuos sanos, ya sea cuando los resultados en el juego de azar fueron favorables como adversos. 

HIPERSENSIBILIDAD GENERALIZADA
La hipersensibilidad generalizada se vio acompañada de un perfil de activación anómalo en un área evolucionada del cerebro que se encarga de la regulación de la propia conducta.

Según los investigadores, el consumo repetitivo de sustancias que producen placer y euforia pueden conducir al desarrollo de una adicción, y este trastorno de naturaleza crónica se caracteriza por la pérdida del control sobre el uso de la sustancia.

Fuente: "Correo Farmacéutico", 09-02-2016.

jueves, 4 de febrero de 2016

Ligan los suplementos de crecimiento muscular con cáncer testicular

Un estudio entre hombres apunta que aquéllos que tomaron suplementos tenían un 65 por ciento más riesgo de desarrollar cáncer testicular que los que no.


Los hombres que consumen suplementos para el crecimiento muscular, en pastillas y en polvo con creatina y androstenediona, parecen tener un riesgo mayor de desarrollar cáncer testicular que los que no los utilizaron, según un estudio que se publica en el último número de British Journal of Cancer.
El riesgo asociado al cáncer de célula germinal era especialmente alto en los hombres que comenzaron la ingesta antes de los 25 años, los que tomaron varios tipos de suplementos y los que los consumieron durante años, según Tongzhang Zheng, quien lideró el comienzo del trabajo en Yale y lo finalizó en la Escuela Universitaria de Salud Pública de Brown. Los hombres que tomaron suplementos tenían un 65 por ciento más riesgo de desarrollar cáncer testicular que los que no.
"El cáncer testicular es misterioso. Ninguno de los factores de los que hemos sospechado puede justificar el aumento de incidencia: de 3,7 casos por cada 100.000 hombres en 1975 a 5,9 en 2011", ha dicho Zheng.
"Nuestro estudio mostró que el consumo de suplementos se relacionaba con un mayor riesgo de desarrollar cáncer testicular. Su importancia radica en que hay pocos factores de riesgo identificados para este tumor", ha añadido Russ Hauser, otro de los autores del trabajo.

ESTUDIO EN 900 HOMBRES
Los investigadores realizaron entrevistas a 900 hombres de Massachusetts y Connecticut: 356 habían sido diagnosticados con cáncer y 513 no. Además, se les preguntó por el consumo de suplementos y sobre "otros posibles factores como el tabaquismo, la bebida, los hábitos de ejercicio, la historia familiar de cáncer testicular y lesiones previas en los testículos o las ingles".


Fuente: "Correo Farmacéutico", 04-02-2016.

Tomar medidas contra la obesidad reduciría el cáncer en la mujer

El monográfico Mujer y cáncer, publicado por la SEOM en la revista Arbor del CSIC, da un toque de atención sobre un factor de riesgo cada vez más claro en determinados tumores: el exceso de peso.


La obesidad ya es un factor de riesgo sólido para el cáncer. En el caso de las mujeres, el 7 por ciento de ellas deben su cáncer a la obesidad, según datos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Por eso, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha decidido dedicar a este vínculo varias páginas de su monográfico Mujer y cáncer, publicado en la revista Arbor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), como anunció la semana pasada. Esta monografía aporta, en palabras de su coordinadora, Pilar Garrido, presidenta de la SEOM, "una visión multidisciplinar, analizando la evidencia científica disponible para conocer su influencia en distintos ámbitos: predisposición y factores de riesgo, prevención y hábitos de vida, tratamiento, pronóstico, social y psicológico".

En concreto, "datos en población europea indican que más de un 16 por ciento de los cánceres de mama en mujeres posmenopáusicas están asociados a la obesidad. Hay que tener en cuenta que el tejido adiposo produce estrógeno, y este evento es importante en la posmenopausia. Pero no todo es culpa de la producción de estrógenos por parte de la grasa, sino que otras alteraciones metabólicas, como la hiperinsulinemia, juegan un papel en este proceso", explica a CF Pedro Pérez Segura, oncólogo médico del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid.

Se calcula que el 45,2 por ciento de todos los cánceres de endometrio en europeas está en relación con la obesidad. En las mujeres posmenopáusicas "la obesidad hace que el endometrio se exponga a niveles altos de estrógenos, lo que produce cambios en este tejido que pueden acabar en cáncer. Otros factores que se han visto implicados en la producción de este tipo de cánceres en las mujeres obesas son la progesterona, los andrógenos y la proteína transportadora de esteroides sexuales, así como la resistencia a la insulina con hiperinsulinemia. La leptina -hormona sintetizada en el tejido adiposo- es otro factor de interés", resume el especialista del Clínico.
En palabras de Pérez Segura, existe una relación clara entre obesidad y cáncer colorrectal, sobre todo en las féminas (uno de cada cuatro casos se asocia al exceso de peso). "Las mujeres con alto índice de masa corporal (IMC) que toman estrógenos tienen un riesgo mayor de cáncer de colon, semejante al que se ve en hombres con elevado IMC". Por contra, posmenopáusicas con un alto IMC que no toman estrógenos no tienen un riesgo mayor de este cáncer. "Todos estos datos intentan mostrar el papel, cada vez más importante, que la obesidad tiene como factor de riesgo de desarrollar cáncer", contextualiza Pérez Segura.
"El incremento de la obesidad en la población mundial, asociado a una mayor longevidad y a la incorporación de las poblaciones de países en desarrollo a hábitos de vida inadecuados, auguran una auténtica epidemia en las próximas décadas, si no se toman medidas tanto desde el punto de vista de educación de la población como sociales para mejorar los hábitos dietéticos de la misma", advierte este oncólogo, añadiendo que, "en general, la mujer conoce que, cuidando su cuerpo, cuida su salud. Sin embargo, es muy probable que no conozca los detalles de hasta qué punto la obesidad puede favorecer el desarrollo de determinados tipos de tumores, que, además, tienen una alta tasa de curación cuando se diagnostican de manera precoz. Creo que sería muy conveniente que las mujeres tuvieran más información, y ésta fuera más detallada, sobre estos riesgos para incidir activamente sobre su prevención".

PROGRAMA 'OBEYCAN'
Preocupados por la alianza entre obesidad y cáncer, la SEOM firmó a finales del pasado año un acuerdo de colaboración con la Seedo que lleva por nombre ObeyCan. "Prevenir la obesidad previene el cáncer", dijo en aquel momento Albert Goday, vicepresidente de la Seedo y coordinador por parte de esta sociedad de este programa. Por tanto, "simplemente informar sobre su interrelación ya consigue concienciar sobre la relevancia de la obesidad. Haber establecido un programa conjunto contribuirá a mejorar en un futuro próximo la prevención de ambas enfermedades, su óptimo tratamiento, su recuperación y la investigación en este campo".


Fuente: "Correo Farmacéutico", 04-02-2016.

Un manual enseña cómo ayudar a prevenir el cáncer con la alimentación

Dos expertos del Instituto Catalán de Oncología coordinan el libro ‘Nutrición y Cáncer, lo que la ciencia nos enseña', en el que realizan una revisión de los estudios científicos más importantes de la que extraen consejos alimentarios.


Seguir unos hábitos de vida saludables, es decir, no fumar, llevar una dieta rica en frutas y verduras, mantener un peso normal, realizar actividad física de manera regular y no beber alcohol o hacerlo con moderación reduce el riesgo de padecer varios tipos de cáncer. Así se recoge en el libro Nutrición y cáncer, lo que la ciencia nos enseña, de Ediciones Médicas Panamericanas y coordinado por los expertos de la Unidad de Nutrición, Ambiente y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología, Antoni Agudo y Carlos Alberto Gonzálezv Svatetz.
Según informa a CF González Svatetz, "seguir estos consejos hace que la probabilidad de desarrollar un cáncer de colon disminuya un 37 por ciento; la de cáncer de mama, un 26 por ciento, y la de cáncer gástrico, un 51 por ciento". Estos datos "hacen pensar en la importancia de adaptar nuestra dieta a unos mínimos", tal y como recogen en el documento, presentado la semana pasada en Barcelona.
Como describe el experto, "el manual es una síntesis del conocimiento científico existente sobre la relación entre la nutrición y el cáncer". Está dirigido a estudiantes y profesionales de las ciencias de la salud, pacientes con cáncer y para la población general interesada en el tema.

CONSEJOS SALUDABLES
Entre otros asuntos, los autores describen y analizan los alimentos, patrones alimentarios, nutrientes y compuestos que pueden ser relevantes en su relación con el cáncer y con la aparición de recidivas, incluidos los potenciales cancerígenos químicos de la dieta. Además, se describen las evidencias sobre el papel del consumo de alcohol y de bebidas no alcohólicas, la obesidad y la actividad física en el riesgo de cáncer y se presentan las recomendaciones alimentarias para prevenirlo.

En este punto González Svatetz recuerda que "son recomendaciones sobre alimentos cuya ingesta se debe aumentar para reducir la probabilidad de ocurrencia del cáncer" (ver gráfico). Así, el experto aconseja "evitar el sobrepeso y hacer ejercicio físico como andar en bicicleta a velocidad moderada al menos 30 minutos al día". En cuanto a recomendaciones más específicas, recomienda "reducir el consumo de alimentos de alta intensidad energética (de más de 225 kcal/100 gr), evitar el consumo de bebidas azucaradas, limitar las carnes rojas (vaca, cerdo y cordero) y evitar el consumo de carne procesada) es decir, aquella ahumada, salada o que contenga aditivos químicos para conservarla".
González Svatetz explica que "el objetivo medio a nivel poblacional es no consumir más de 300 gramos de carne roja a la semana", tal y como aconsejó la OMS; un mensaje que sembró la polémica el pasado año. Asimismo, el documento aconseja "sustituirlo por pescado o pollo, evitar la cocina a altas temperaturas, no consumir la grasa visible de la carne y no usar grasa animal para cocinar".
Otro de los puntos que recoge el documento es el de los suplementos vitamínicos. Como señala González Svatetz, "estos productos no pueden ni deben recomendarse para prevenir el cáncer, ya que lo importante es cubrir las necesidades del organismo de nutrientes, vitaminas y minerales a través de una dieta equilibrada y adecuada". Por este motivo, los suplementos "sólo se justificarán en condiciones especiales de enfermedad o de imposibilidad de consumir una dieta adecuada", concluye.


Fuente: "Correo Farmacéutico", 04-02-2016.