¿Qué es la alergia a los ácaros del polvo?
La alergia es una reacción desmesurada del organismo frente a algunas sustancias –llamadas alérgenos-, que para la mayoría de las personas resultan inofensivas, pero ante las que el sistema inmune de algunas personas reacciona. Uno de los alérgenos que con mayor frecuencia causa trastornos son los ácaros, unos minúsculos arácnidos que habitan en los espacios con polvo doméstico. Por lo general,
suelen provocar rinoconjuntivitis y asma alérgicas.
No puede equipararse la alergia al polvo con la alergia a los ácaros, ya que el primero contiene otros agentes alérgenos como hongos, pólenes o restos de animales domésticos, pero sí podemos decir que los principales componentes que ocasionan alergia al polvo son los relativos a los ácaros.
¿Qué son los ácaros?
Como hemos dicho, se trata de pequeños artrópodos (parásitos de la clase arácnida), que normalmente no resultan visibles para el ojo humano –según la especie, miden de 0,2 a 0,5 milímetros-. Se encuentran habitualmente en espacios cerrados donde hay polvo, generalmente lugares oscuros alejados de la luz solar, donde tengan alimento. Algunos predominan en las casas y otros se encuentran preferentemente en lugares (almacenes, granjas, graneros, cocinas,..) donde se almacenan alimentos vegetales (cereales, harinas, etc.).
Las especies que más menudo causan trastornos alérgicos asociados al polvo de las casas son el
Dermatophagoides Pteronyssinus y el
Dermatophagoides Farinae, que se alimentan de las escamas microscópicas que nuestra
piel desprende poco a poco en su proceso continuo de renovación (alrededor de un gramo al día en los humanos). Por tanto, suelen encontrarse en los lugares donde abundan los restos de escamas de
piel de personas o de animales de compañía: colchones, almohadas, mantas, edredones, sofás, alfombras, muebles tapizados con tela, peluches, ropa…
También existen los conocidos como ácaros de almacenamiento –
Acarus siro, Lepidoglyphus destructor y
Tyrophagus putrescentiae, entre otros-. Estos se alimentan principalmente de granos y de otras partículas de comida y se hallan en los espacios donde se almacenan alimentos vegetales, especialmente cereales y harinas, y también, en el caso del
Tyrophagus putrescentiae, en los alimentos ricos en proteínas como el jamón o el queso. En condiciones favorables, pueden proliferar en el interior de las casas en armarios, alacenas, etc.
¿En qué condiciones proliferan?
Los ácaros se desarrollan y reproducen mejor en condiciones de humedad de alrededor del 70% (por debajo del 50% su supervivencia es muy difícil) y a una temperatura aproximada de entre 20 y 30ºC.
Es fácil que estas condiciones se den en el interior de las viviendas, sobre todo en las comunidades costeras y
durante la primavera y el otoño. En consecuencia, durante esta época del año
suelen empeorar los síntomas de quienes padecen alergia a los ácaros, si bien puede haber síntomas en cualquier época del año si se dan las condiciones ambientales propicias para ello.
¿A quién afecta la alergia a los ácaros?
Según datos de la clínica Quirón, la sensibilización a los ácaros afecta a más del 30% de la población y al 90% de los asmáticos, en algunas áreas del país. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en las zonas de costa, la alergia a los ácaros alcanza a entre el 70% y el 80% de la población infantil.
¿Por qué se produce la alergia a los ácaros?
Cuando los alérgenos se introducen en el cuerpo de una persona predispuesta a las alergias, el organismo genera anticuerpos específicos (llamados inmunoglobulinas IgE) para combatir al que consideran un agente invasor. Si continúa la exposición al alérgeno, estos anticuerpos específicos interactúan con unas células denominadas mastocitos y éstas liberan sustancias como la histamina, que son las que producen los síntomas propios de la alergia.
En el caso de la alergia a los ácaros, la persona receptora
padece hipersensibilidad a las proteínas presentes en las heces de los ácaros (cada uno produce unas veinte al día) o a las partículas en que se desintegra su cuerpo cuando mueren. Al penetrar en las vías respiratorias, la reacción del organismo para protegerse puede causar trastornos como la rinoconjuntivitis y el
asma alérgicas.
Esta exposición puede producirse de manera repentina, cuando una persona, por ejemplo, respira una gran cantidad de partículas procedentes de los ácaros limpiando el polvo o sacudiendo la ropa de cama. En estas circunstancias, puede padecer un
ataque agudo de asma o rinoconjuntivitis. Pero, normalmente, la exposición a este alérgeno se produce de manera paulatina, en pequeñas cantidades pero de manera constante, dado que las personas permanecen en su domicilio durante muchas horas al día. Puesto que cada ácaro puede poner un número elevado de huevos cada aproximadamente tres semanas, su población puede llegar a ser de centenares en cada gramo de polvo doméstico, sobre todo, en el de la cama.
De esta manera, los ácaros se convierten en una fuente crónica de alérgenos, que se van acumulando poco a poco en el organismo. En las personas alérgicas, esto produce una inflamación progresiva de los bronquios o las mucosas de la
nariz y los
ojos, que se vuelven, además, más sensibles a la acción de otros alérgenos, a las infecciones, al frío o a la contaminación.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia a los ácaros?
Los principales síntomas de la alergia a los ácaros son de tipo respiratorio; son característicos la rinoconjutivitis y el
asma. Aunque pueden sufrirse de manera permanente –durante todo el año-, no siempre la persona alérgica sufre todos los síntomas a la vez, sino que puede padecer uno o varios de ellos:
En el caso de la rinoconjutivitis:
- Picor en la nariz.
- Congestión/obstrucción nasal intensa.
- Goteo de la nariz (hidrorrea copiosa).
- Estornudos consecutivos, sobre todo al levantarse por la mañana.
- Picor en la garganta y/u oídos.
- Lagrimeo y picor en los ojos (aunque los síntomas en los ojos son menos frecuentes que con la alergia al polen).
- “Saludo alérgico”, se le denomina al frotamiento hacia arriba de la nariz que suelen presentar estos pacientes.
- Accesos de tos seca.
- Dificultad para respirar.
- Ruidos torácicos (silbidos al respirar).
- Sensación de presión en el pecho.
- Intolerancia o dificultad para realizar ejercicio físico.
Además, puede desarrollarse
urticaria o dermatitis atópica. Y, en casos extremos, pueden darse episodios de anafilaxia al ingerirse alimentos contaminados con ácaros. Por ejemplo, al comer rebozados o repostería preparados con harinas contaminadas.
¿Cómo se trata la alergia a los ácaros?
Además de aplicar diversas medidas preventivas, existen dos tipos de tratamiento para combatir la alergia a los ácaros:
- Tratamiento farmacológico. Su objetivo es aliviar los distintos síntomas y se basa en la administración de distintos medicamentos bajo supervisión médica (antihistamínicos, descongestionantes, corticoides nasales para la rinitis, inhaladores para el asma bronquial, colirios para los ojos…) y otras soluciones que pueden aliviarlos ocasionalmente.
- Vacunación. Su objetivo es controlar la causa que origina la enfermedad, en este caso, la hipersensibilidad a los ácaros. Mediante la administración de sucesivas vacunas que contienen el alérgeno en pequeñas cantidades que se van aumentando poco a poco, el organismo se va acostumbrando a la exposición hasta que deja de reaccionar frente a ella. De esta manera, los síntomas se van haciendo menos intensos y frecuentes.
Fuentes:
- Sociedad España de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). “¿Qué es la alergia al polvo y a los ácaros?”.
- Sociedad España de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Nota de prensa “La mitad de los pacientes con alergia respiratoria están sensibilizados a ácaros”. Murcia, 27 de octubre de 2017.
- Sociedad España de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Informe “Alergólogica 2015”. SEAIC, 2017.
- Asthma and Allergy Foundation of America (AAFA). “Alergia a los ácaros del polvo”.
- Clínica Universitaria de Navarra (CUN). “Alergia a ácaros”. Dr. Gabriel Gastaminza Lasarte. Especialista Departamento de Alergología e Inmunología Clínica.
- AlergoMurcia. “Alergia a ácaros”.
- Blog Quirón salud. “Alergia a los ácaros del polvo: desmontando mitos”. Hospital Quirón de Barcelona.
- Revista Offarm. Artículo “Alergias. Los ácaros del polvo doméstico. Raquel Olalla Herbosa y Marcelo Mateo García. Vol. 27 Núm 4 Abril 2008:56-66.
- Fundación BBVA. Libro de las enfermedades alérgicas. “8. Alergia al polvo: ¿qué son los ácaros y cómo evitarlos?” Dra. Teresa Carrillo Díaz. Médico especialista en Alergología. Jefe de la Sección de Alergología del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín. Profesora asociada de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria”. Dirigido por José Manuel Zubeldia, María Luisa Baeza, Ignacio Jáuregui y Carlos J. Senent. 1ª Edición Bilbao. 2012.
- Mayo Clinic. “Alergia a los ácaros del polvo”.
- Asociación Española de Pediatría (AEP). En familia. “Alergia a los ácaros”. Artículo publicado el 16-1-2017, revisado por última vez el 10-1-2017.
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.
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