Síntomas físicos
Si bien cada mujer y cada embarazo son distintos y los síntomas pueden variar mucho de unas gestantes a otras, hay algunas molestias que suelen presentarse de manera habitual en estos nueve meses.
AFECCIONES DIGESTIVAS
AFECCIONES DIGESTIVAS
- Náuseas y vómitos: suelen aparecer sobre todo desde la tercera semana y hasta los tres primeros meses de embarazo y se dan en cualquier momento del día, aunque más habitualmente por la mañana. Para evitarlas, es conveniente tomar una galleta o bizcocho antes de levantarse y permanecer en reposo hasta que desaparezcan, así como evitar tener el estómago vacío.
- Ardor o acidez de estómago: más común durante el tercer trimestre y por la noche, se produce después de comer, debido a las digestiones lentas que padecen las mujeres embarazadas.
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La ecografía es una de las pruebas que se realizan en el embarazo.
Para prevenirlo, es mejor comer despacio, a bocados pequeños y masticando bien; descansar un poco tras las comidas, no tumbada sino en posición recostada o semisentada; y evitar el ejercicio físico en las dos horas posteriores. Aunque algunos medicamentos pueden ayudar a mitigar el ardor, las embarazadas no deben tomar ningún antiácido ni bicarbonato sin consultarlo previamente con su médico.
- Estreñimiento y hemorroides: durante la gestación, el aparato digestivo ralentiza su ritmo debido a la mayor concentración de progesterona –que relaja la fibra muscular- lo que puede dificultar el tránsito intestinal o incluso causar hemorroides. Para evitarlos, se recomienda una dieta rica en fibra, la ingesta de líquidos abundantes durante el día y ejercicio moderado. Las mujeres embarazadas no pueden tomar la mayoría de laxantes, pues pueden ser peligrosos para el feto.
AFECCIONES CIRCULATORIAS
- Varices, piernas cansadas e hinchazón: medidas como llevar medias de terapéuticas de compresión, aplicarse duchas de agua fría en las pantorrillas o masajearlas de abajo arriba con cremas y geles específicos puede ayudar a aliviar estas molestias típicas, así como realizar ejercicio físico de manera regular, dormir con los pies elevados, evitar las prendas de vestir ceñidas y los zapatos de tacón alto o demasiado planos. Así mismo, no conviene exponerse a fuentes de calor, sesiones de bronceado o baños con agua muy caliente.
- Gingivitis: los cambios hormonales y el aumento de la circulación sanguínea incrementan la sensibilidad de las encías durante la gestación y, a partir del primer trimestre, muchas embarazadas sufren inflamación de la encía inferior.
- Palpitaciones y taquicardias: la mujer las percibe como latidos irregulares o pulso acelerado y si se producen con excesiva frecuencia o conllevan dificultades para respirar o dolor en el pecho, debe acudir al médico.
AFECCIONES DE HUESOS Y MÚSCULOS
- Síndrome del túnel carpiano: la retención de líquidos típica del embarazo puede producir en el tercer trimestre hormigueos o dolor en los dedos de la mano, sobre todo por la noche.
- Dolor de espalda y dolor pélvico: aunque su intensidad y características varían de una mujer a otra, es habitual que aparezca del quinto al séptimo mes de embarazo, en forma de dolor lumbar, dorsalgia o ciática o dolor en la zona del pubis. Para combatirlo hay que cuidar la postura al dormir, caminar o sentarse, evitar los movimientos bruscos y no levantar pesos excesivos y practicar ejercicio moderado. También puede recurrirse a fajas, aplicar calor con mantas térmicas o bolsas de agua caliente o acudir a un osteópata. En caso de necesitar algún analgésico, es imprescindible contar con consejo médico.
AFECCIONES DERMATOLÓGICAS
- Estrías: son habituales en las zonas donde más se estirar la piel: parte inferior del abdomen, alrededor del ombligo, en las caderas, las mamas, los muslos, las nalgas y las axilas. Es importante mantener la piel bien hidratada y aplicar productos emolientes antiestrías para intentar reducir su aparición.
- Manchas en la piel: a partir del cuarto mes, las alteraciones en la melanina suelen dar lugar a manchas llamadas cloasmas en la frente, los pómulos y el labio superior, pero normalmente desaparecen unos seis meses después el parto. Además, los lunares y pecas tienden a oscurecerse. Para prevenir las manchas, es importante protegerse de la exposición solar con cremas fotoprotectoras de un factor 50+.
- Acné: al comienzo de la gestación, los cambios hormonales pueden desencadenar un exceso de sebo en los poros de la piel y causar brotes de acné en rostro, pecho y espalda.
- Picores en la piel: resultan frecuentes en la recta final del embarazo y especialmente en el vientre y el pecho. Son fruto de la sequedad y estiramiento de la piel, pero también pueden estar causados por el agravamiento de dolencias previas como dermatitis o psoriasis. Si estos picores afectan a otras partes del cuerpo y son más intensos durante la noche, sería aconsejable consultar al médico para descartar una alteración del hígado llamada colestasis intrahepática.
AFECCIONES DEL APARATO REPRODUCTOR
- Sangrado vaginal: los pequeños manchados son normales cuando el parto se aproxima o después de realizar exploraciones ginecológicas, pero si aparece sangrado en otro momento, es importante contactar con el médico.
- Dolor abdominal: desde el primer trimestre hasta el quinto mes, son comunes los pinchazos y tirones en el abdomen o las ingles ante los que es recomendable el reposo.
AFECCIONES DEL SISTEMA URINARIO
- Aumento del número de micciones y pérdidas de orina: es habitual que la futura madre sienta ganas de orinar más a menudo –y aún más conforme avance el embarazo-, ya que el útero ejerce presión sobre la vejiga. Si se acompañan de un picor leve que persiste, debe consultarse al médico para descartar una infección de las vías urinarias.
- Infecciones urinarias: el riesgo de sufrir estos problemas aumenta en el embarazo, ya que el mayor nivel de progesterona impide que la vejiga se vacíe por completo. Las infecciones pueden sufrirse en cualquier momento de la gestación y deben controlarse inmediatamente. Pueden detectarse por signos como aumento de la frecuencia de las micciones, molestias, escozor o ardor al orinar, dolor en la parte superior de la pelvis y, en ocasiones, fiebre y escalofríos.
AFECCIONES HORMONALES Y/O METABÓLICAS
- Cansancio: una sensación que suele desaparecer a partir del cuarto mes, aunque puede volver a presentarse en el último trimestre del embarazo.
- Insomnio: sobre todo durante el último trimestre, la embarazada puede sufrir dificultades para conciliar el sueño debido a diferentes causas.
- Disnea fisiológica o dificultad para respirar: la sensación de falta de aire y la percepción de un mayor esfuerzo para respirar constituye un síntoma muy frecuente en las gestantes y se relaciona con la presión que ejerce el útero sobre el diafragma y a la actividad más intensa del corazón.
El embarazo también puede afectar a la situación anímica y emocional de la futura madre, que experimentará diferentes sentimientos e inquietudes a lo largo de estos nueve meses. Los síntomas psicológicos más habituales son los siguientes.
- Alteraciones emocionales: el estado de ánimo de la madre atraviesa distintas fases a lo largo de la gestación, provocadas por los cambios hormonales típicos de esta etapa y por las preocupaciones respecto a la evolución del embarazo y a la salud del bebé. Unos temores que pueden generar ansiedad y, en ocasiones, un estado de ánimo depresivo en la mujer embarazada, algo a lo que también puede llevar la menor autoestima derivada de los cambios en su cuerpo.
En el segundo trimestre, es habitual que la madre se sienta más tranquila y con mayor confianza en sí misma; en parte, porque ya comienza a sentir a su hijo o hija dentro de ella. En cambio, durante el tercer trimestre, la cercanía del parto puede reavivar las preocupaciones y temores por la salud del bebé y la propia capacidad para cuidarlo adecuadamente.
- Cambios en las relaciones de pareja: esas alteraciones emocionales y la perspectiva de la maternidad y paternidad inminentes pueden alterar la relación de pareja. También en el caso del hombre se alternan sentimientos de alegría e ilusión con otros de confusión y temor a verse superado por las responsabilidades, o incluso puede llegar a sentirse excluido del embarazo o con celos del bebé, lo que puede conllevar una menor implicación por su parte.
- La sexualidad: es otro de los aspectos de la vida en pareja que puede verse afectado a lo largo de la gestación, ya que los síntomas físicos de la mujer, el cansancio y las alteraciones en la libido influyen en gran medida. Por este motivo, es crucial una buena comunicación entre los miembros de la pareja, que deben expresarse con naturalidad sus emociones, miedos y preocupaciones. La complicidad y confianza entre ambos será clave a lo largo de la gestación.
- La relación con los hermanos: es posible que los hermanos mayores del bebé que está por llegar modifiquen su comportamiento al sentir menor atención por parte de su madre. Por este motivo, es muy importante que se sientan implicados durante la espera.
Fuentes:
Fecha de publicación 2 mayo, 2018
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