jueves, 28 de junio de 2018

NUEVA LINEA VINOPURE DE CAUDALIE

Se estima que el 70% de las mujeres adultas (25 años o más) sufren imperfecciones en la piel, brillos y poros obstruidos, signos de un auténtico desequilibrio. Caudalie lanza Vinopure, una solución natural, sencilla y eficaz para acabar con estas imperfecciones de la piel. Una línea con tres tratamientos concebidos como un ritual con 3 etapas, a base de ingredientes de origen natural (sin perfume sintético) para prevenir y luchar contra los problemas de las pieles mixtas a grasas sin renunciar a la sensorialidad.
El laboratorio Caudalie ha creado una nueva patente basada en la asociación inédita de polifenoles de uva y de un cóctel de 6 aceites esenciales biológicos purificantes (lavanda, citronela, geranio, romero, melisa y menta piperita). Actuando sinérgicamente, estos activos constituyen un escudo eficaz contra la proliferación de la bacteria P.acnes, responsable de las imperfecciones, y frenan la oxidación del sebo, causa principal de la inflamación de los poros y del cutis apagado.
En la primera etapa de preparar y purificar la piel, el Tónico purificante Piel nítida aporta un splash de frescor. Una fórmula muy natural, pensada incluso para las pieles sensibles, para purificar la piel con suavidad y prepararla para recibir los tratamientos posteriores. En la siguiente etapa, la de corregir y equilibrar, el Sérum Infusión anti-imperfecciones ejerce una acción exfoliante y desincrustante para disminuir las imperfecciones gracias al ácido salicílico y al nuevo complejo patentado. Para la tercera y última etapa, la de hidratar y matificar, el Fluido Matificante Perfeccionador de la piel que por un lado, el polvo de sílice matifica inmediatamente la piel, y por el otro, el hidrolato de rosa y la vitamina B3 regulan los brillos. 


martes, 26 de junio de 2018

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Fecha de publicación 25 junio, 2018

lunes, 25 de junio de 2018

HIPERSENSIBILIDAD DENTAL


De la mano de José Antonio Pascual Aramburu, miembro de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) analizamos todo lo que tiene que ver con la sensibilidad dental, cuáles son sus causas y cómo prevenir este problema tan cotidiano típico de la saludbucodental.
La hipersensibilidad dental puede manifestarse en cualquier diente.
Un cepillado agresivo puede originar esa sensación de dolor en los dientes.

 ¿Qué es la hipersensibilidad dentinaria?

La sensibilidad dental -que también puede denominarse hipersensibilidad o sensibilidad dentinaria- se define como un dolor corto y agudo que aparece en los dientes como respuesta a un estímulo térmico (frío o calor), táctil (la comida, la lengua, el cepillo de dientes), evaporativo (alimentos dulces) y que no puede atribuirse a ninguna otra patología o defecto dental.

¿A quién afecta?

 La hipersensibilidad dental afecta a entre el 15% y el 25 % de la población general, aunque las mujeres y personas entre 20 y 40 años son quienes presentan más frecuentemente este problema.
Además, es más común que aparezca afectación en los dientes premolares y los caninos, aunque la hipersensibilidad puede manifestarse en cualquier diente de la cavidad oral.

¿Cuáles son las causas de la hipersensibilidad dental?

El dolor corto y agudo propio de la hipersensibilidad dentinaria suele estar causado por:
  • Desgaste del esmalte dental, provocado, a su vez, por:
-Cepillado agresivo: origina que la encía se retire y también la pérdida del cemento radicular (un tejido óseo especial del diente), provocando la exposición de los túbulos dentinarios (unos conductos que recorren la dentina o capa que rodea la parte interna de los dientes).
-Bruxismo (acto involuntario de apretar los dientes).
-Maloclusiones dentarias (cuando la arcada superior e inferior de la boca no encajan).
-Dietas muy ácidas (zumos de fruta, yogures, bebidas gaseosas, etc.), seguidas de un cepillado inmediato.
  • Retracción gingival (pérdida de encía), que deja expuesta la dentina a la cavidad oral. Puede aparecer por:
-Enfermedades periodontales (periodontitis): cursan una pérdida de los tejidos de soporte del diente (encía, cemento radicular y hueso alveolar), provocando una mayor exposición de la superficie radicular, es decir, de la raíz.
-Cepillados agresivos.
-Maloclusiones dentarias.
-Fracturas dentales.
-Empastes defectuosos.
-Caries no tratadas.
  • Tratamientos de blanqueamiento dental: pueden surgir episodios de sensibilidad dentinaria que, en la mayoría de los casos y con el tratamiento adecuado, son reversibles.

¿Cómo se desarrolla?

La dentina, que es la capa interior de los dientes, está compuesta por una gran cantidad de túbulos (conductos) dentales que comunican el nervio del diente (pulpa dentaria) con el cemento de la raíz o con el esmalte de la corona de los dientes. Cuando se produce la pérdida o desgaste de estos tejidos, por causas que hemos comentado anteriormente, deriva en la exposición de los túbulos a la cavidad bucal y se vuelven más sensibles a cualquier estímulo que allí se produzca, desencadenando así la respuesta dolorosa.
Así mismo, en pacientes con hipersensibilidad dentinaria hay mayor cantidad de túbulos dentinarios abiertos y de mayor diámetro.

¿Existen factores de riesgo para la hipersensibilidad dental?

En relación con las causas de este problema, los principales factores de riesgo de la hipersensibilidad dental son:
  • Un cepillado agresivo: como hemos mencionado, puede llegar a provocar la exposición de los túbulos dentinarios.
  • Una dieta ácida, seguida de un cepillado inmediato, hace que el esmalte dental no tenga tiempo de recuperarse, por lo que puede dañarse más fácilmente.
  • La enfermedad periodontal: porque puede desembocar en una mayor exposición de la raíz del diente.
  • El uso de cepillos dentales duros: ya que causan un trauma en los tejidos blandos periodontales.

¿Qué complicaciones conlleva la hipersensibilidad dentinaria?

La peor consecuencia de la sensibilidad dental guarda relación con las limitaciones que puede provocar en la vida cotidiana de los pacientes; algunos de ellos pueden llegar a sufrir una hipersensibilidad tan exagerada como para provocarles molestias incluso al respirar.
Normalmente, la mayoría de las personas se ven afectadas porque encuentran limitaciones a la hora de las comidas, especialmente con comidas frías y ácidas, así como en su higiene oral, debido a que el roce del cepillo sobre la localización afectada puede provocar dolor y hacer que el paciente evite cepillarse esa zona.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la hipersensibilidad dentinaria es clínico, en base a la sintomatología del paciente. Se pueden también realizar pruebas de:
  • Vitalidad pulpar: permite valorar si en determinados dientes hay una mayor sensibilidad a estímulos de cambio de temperatura con respecto a otros dientes.
  • Hipersensibilidad por estímulos de presión: la exploración clínica puede servir para detectar zonas de sensibilidad más localizadas.
Así mismo, se debe realizar un diagnóstico diferencial con otras patologías, como caries profundas que puedan estar causando patologías pulpares. En algunos casos, puede estar indicado realizar radiografías para descartar lesiones de caries interproximales (caries en los espacios interdentales).

¿Cómo se trata la hipersensibilidad dental?

Existen dos líneas de tratamiento para la sensibilidad dentinaria:
  • Oclusión de los túbulos dentinarios: el tratamiento se basa en cerrar los túbulos que están presentes en el espesor de la dentina y que se comunican con la pulpa, lo que reduce el movimiento del fluido contenido en su interior. Para conseguir esta oclusión, se utilizan numerosos agentes, que pueden aplicarse en la consulta dental (láser, técnicas adhesivas, barnices de flúor, etc.) o bien por el propio paciente (dentífricos, colutorios o geles) como parte del cuidado bucodental cotidiano. La eficacia de estos agentes depende de su capacidad para adherirse a la superficie dentinaria y para resistir la acción erosiva de los ácidos por lo que es recomendable usarlos repetidamente.
  • Intervención sobre las fibras nerviosas que hay en la pulpa dental: se trata de lograr un efecto de despolarización, que se consigue con productos tales como las sales de potasio. Esta línea de tratamiento es más lenta y los resultados tardan más tiempo en notarse, por lo que esta técnica puede utilizarse para conseguir mantener los resultados obtenidos tras una fase aguda de oclusión.

Autor:

 José Antonio Pascual Aramburu. Máster en Periodoncia e Implantes de la Universidad Complutense de Madrid, y miembro de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA)
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.
Fecha de publicación 18 junio, 2018
 

Diez consejos para prevenir la hipersensibilidad dental:

  1. Mantén una correcta higiene oral.Utiliza un cepillo de dureza media o blanda, bien manual o eléctrico, y renuévalo cada tres meses para no perder su eficacia. La técnica de cepillado debe ser la adecuada, realizando movimientos del cepillo en sentido vertical y no horizontal.
  2. No te olvides del hilo dental.El hilo dental es tan importante como el cepillado de los dientes. Te ayudará a prevenir infecciones en las encías, eliminando los restos de alimentos que se quedan en los espacios interdentales o que son de difícil acceso para el cepillo de dientes.
  3. Elige bien tu pasta dentífrica.Opta por un dentífrico con un índice de abrasividad bajo para evitar desgastes del esmalte dentario y compleméntalo con un buen enjuague bucal, te ayudará a reducir la sensibilidad dental.
  4. Sigue hábitos dietéticos adecuados.Evita el consumo excesivo de alimentos ácidos, como la calabaza, las aceitunas y algunas frutas como las moras y los arándanos. Si los ingieres, espera, al menos, veinte minutos para lavarte los dientes, así darás tiempo a que el esmalte dentario se recupere de la agresión, gracias al efecto tampón de la saliva.
  5. Evita el consumo de bebidas y alimentos muy fríos o calientes.Los cambios bruscos de temperatura aumentan la sensibilidad dental e inflaman los nervios situados en el interior de tus dientes, provocando inflamación y dolor.
  6. Deja de fumar.El tabaco está directamente relacionado con la retracción o pérdida de las encías, pudiendo desarrollar hipersensibilidad dental y otras patologías bucales como la gingivitis o la aparición de caries.
  7. No hagas un uso indebido de tus dientes.Morder bolígrafos o lápices, cortar objetos o tirar de elementos con tus dientes acelerará su desgaste y la aparición de enfermedades bucodentales.
  8. Emplea férulas de descarga si sufres bruxismo.El acto involuntario de apretar los dientes puede desgastar tus dientes y provocar sensibilidad dental, dando lugar también a problemas en la articulación de la mandíbula.
  9. No caigas en falsos mitos para blanquear tus dientes.La aplicación de bicarbonato y zumo de limón en los dientes no es un magnífico método de blanqueamiento como popularmente se cree, sino todo lo contrario; ambos productos resultan muy dañinos para el esmalte del diente, causando la aparición de hipersensibilidad dentinaria.
  10. Consulta a tu dentista ante la aparición de hipersensibilidad dentinaria.
    Tu odontólogo, tras su diagnóstico según tu caso, determinará el tratamiento más adecuado y descartará la presencia de otras patologías. Si sufres de atricciones (desgaste) dentales o maloclusiones (mala colocación de estos) deberás recibir un tratamiento de ortodoncia.
*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.


 
 

viernes, 22 de junio de 2018

FOTOPROTECCIÓN INFANTIL

¿Qué debemos tener en cuenta al adquirir el fotoprotector infantil?

Existen tres factores fundamentales a la hora de elegir el fotoprotector para nuestro pequeño:
1.Los fotoprotectores contienen filtros que evitan que la radiación solar pueda producir daños en nuestra piel. Estos filtros pueden ser de tres tipos:
Filtros físicos: son una barrera física que refleja la radiación solar cuando esta llega a la piel. Son ejemplos de filtros físicos el dióxido de titanio o el óxido de zinc. Los productos que contienen este tipo de filtros presentan una textura más densa o espesa y, al extenderlos en la piel, suelen dejar una capa blanca, ya que es así como actúan, como pantalla.
-Filtros químicos: son sustancias que absorben la radiación y transforman la energía lumínica (luz) en energía térmica (calor).
-Filtros mixtos: cuando se combinan filtros físicos y químicos.
A la hora de escoger un fotoprotector infantil para menores de 3 años, es preferible optar por filtros físicos antes que químicos, porque los filtros físicos no son absorbidos por la piel, algo especialmente importante en el caso de la de los niños, que como hemos dicho, tiene un mayor potencial de absorción.
2. El tipo de radiación frente a la que protegen: es importantísimo que nuestro fotoprotector proteja de la radiación ultravioleta A y B (UVA y UVB), y también conviene que lo haga de la infrarroja A (IR-A). Esta característica debe quedar clara en el etiquetado o podemos confirmarlo con nuestro farmacéutico.
Además, existen otras características adicionales que un fotoprotector infantil o pediátrico debería cumplir:
  • Índice de protección solar alto: SPF 50+.
  • Testados pediátricamente.
  • Mejor, sin perfume: los perfumes son sustancias susceptibles de provocar alergias y, por lo tanto, es mejor evitarlos en los niños.
  • Libres de alcohol: si es posible, mejor que no contengan alcohol en su formulación, para evitar posibles efectos negativos.
  • Texturas en crema o loción: en ellas, el porcentaje de alcohol suele ser menor que en los esprays.
  • Dados los constantes juegos en el agua y fuera de ella de los más pequeños, es necesario que el fotoprotector sea resistente al agua, al sudor y a los roces.
Dentro de los tratamientos resistentes al agua, se distinguen dos variedades: water resistant quiere decir que la eficacia del producto perdura 40 minutos tras entrar en contacto con el agua; y waterproof, que esta eficacia se mantiene hasta 80 minutos tras el contacto con el agua.
3. El fototipo: el tipo de piel del niño. Es decir, cómo responde la piel a la acción de los rayos del sol. No es lo mismo elegir un fotoprotector para un niño con tez muy clara y cabello rubio, que para uno de cabello oscuro y cuya piel se broncea con facilidad.

¿Cómo y cuándo usar el fotoprotector infantil?

Una vez elegido el producto más adecuado para nuestros niños, hay que conocer bien las pautas para aplicarlo de la mejor manera posible:
  • No debemos emplear fotoprotectores con bebés menores de seis meses.
  • A partir de los 6 meses y hasta los 3 años de edad, debemos escoger aquellos productos que estén especialmente formulados y testados para estas edades, es decir, usaremos fotoprotectores pediátricos.
  • Hay que aplicar la crema de forma generosa y solo en las zonas corporales expuestas al sol. No olvidemos los pies, las orejas o el cuero cabelludo si el bebé tiene poco pelo.
  • La aplicación debe realizarse 30 minutos antes de la exposición solar y repetirse cada 2 horas y después del baño.
  • Es importante tener en cuenta que en las zonas de playa la radiación del sol se refleja en el agua y en la arena, por lo que debemos usar fotoprotector incluso cuando estemos resguardados en la sombra.
  • La fotoprotección no es solo para la playa y el verano. También es importante aplicar las medidas de protección adecuadas cuando simplemente salimos de paseo o al parque, y en cualquier estación del año. Para ello, debemos tener en cuenta los niveles de radiación del lugar donde vivimos que podemos consultar en la página de la AEMET.

Fuentes:

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.

Diez consejos para proteger la piel del bebé del sol:

  1. Nunca antes de cumplir 1 año. Antes del año de edad, la mejor forma de proteger a los bebés es no exponerlos nunca directamente al sol.
  2. Evita que le dé el sol en las horas centrales del día. Los rayos solares son más fuertes y perjudiciales entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde, por lo que, especialmente un recién nacido, pero también un niño de hasta 3 años, no debería permanecer al sol en esta franja horaria bajo ningún concepto.
  3. Cubre la mayor parte de su cuerpo con ropa adecuada. En el caso de bebés y niños pequeños, usar gorra, gafas de sol, pantalones y camiseta es imprescindible. Las gafas de sol deben ser adecuadas, nunca juguetes.
  4. Elige un fotoprotector específico para bebés y niños pequeños. A partir de los seis meses, podemos aplicar a los niños fotoprotectores, pero teniendo en cuenta que estén especialmente formulados para ellos. Es decir, que estén testados pediátricamente, cuenten con un SPF superior a 50, protejan adecuadamente de las radiaciones UVA, UVB e IRA, tengan en cuenta el tipo de piel y, a poder ser, que contengan filtros físicos en lugar de químicos. Aplícalos cada dos horas y después de cada baño. También es recomendable elegir uno que sea resistente al agua.
  5. Vigila los posibles efectos del sol en tu bebé. De este modo, podrás detectar a tiempo las señales de impacto solar. Por ejemplo, no dejes pasar signos de nerviosismo, enrojecimiento de la piel, pigmentación… La piel tiene memoria y los daños se pueden manifestar también a largo plazo en forma de envejecimiento cutáneo o mayor riesgo de sufrir melanoma en la edad adulta.. En este sentido, no apliques colonias ni otros cosméticos sobre la piel del niño, debido a la posibilidad de inducir reacciones perjudiciales con la exposición al sol. Y consulta con tu médico o  farmacéutico si el niño está tomando medicamentos porque algunos pueden producir fotosensibilidad.
  6. Mantén a tu hijo hidratado. Asegúrate de que toma todo el líquido que necesita para hacer frente al sol y a las altas temperaturas. Recuerda que su piel no tiene a esta edad la misma eficacia para regular el control de la temperatura corporal. Si ya come alimentos sólidos, también las frutas son muy recomendables, por su gran cantidad de agua.
  7. Elige zonas donde haya sombras o créalas. Arboledas, toldos, sombrillas… Cualquier elemento que proyecte sombra servirá para proteger a tu bebé del sol, aunque recuerda usar el fotoprotector también bajo la sombra, pues el agua y la arena reflejan los rayos de sol.
  8. Consulta los índices ultravioleta e infrarrojos. Antes de la exposición al sol, se recomienda informarse de los niveles de radiación a través de canales como la Agencia Española de Meteorología (AEMT). Esta consulta te ayudará a planificar las actividades familiares al aire libre y a evitar la exposición en aquellos días en que los niveles de radiación son más perjudiciales.
  9. No bajes la guardia después del verano. El sol es peligroso durante todo el año, por lo que debes seguir protegiendo a tus hijos también fuera del periodo estival o en días nublados. Además, algunos tipos de nubosidad aumentan la peligrosidad del sol, al igual que la altitud.
  10. Predica con el ejemplo. Trata de concienciar a tus pequeños de los riesgos que entrañan las radiaciones dando ejemplo. Esto es más importante que nunca con niños a partir de los 12 años, quienes son más autónomos y es una edad en la que la responsabilidad de la fotoprotección comienza a recaer sobre ellos mismos. Si han visto a los adultos de su entorno exponerse al sol de manera responsable es más probable que hayan adquirido esos hábitos y los sigan aplicando por su cuenta.
Cinfaconsejos fotoproteccióninfantil


*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.