domingo, 31 de enero de 2016

La temperatura ideal del agua de la ducha, entre 25 y 30 grados

La temperatura ideal del agua de la ducha seria templada, entre 25 y 30 grados, y una duración aproximada de 5 minutos. Si es un baño, la temperatura variará según la finalidad que se busque.
El agua a temperatura caliente (29-37 grados) es perfecta para relajarse y aliviar contracturas, pero no es recomendable estar más de 15 minutos, ya que si no la piel se deshidrata.
  • Ducharse con agua templada mantiene la piel más hidratada, tersa y con los poros cerrados
Un baño con agua templada relaja, refresca y activa la circulación. Los baños con agua fresca (18-24 grados) reactivan, pero han de ser cortos para evitar el entumecimiento. En ambos casos el agua excesivamente caliente (más de 38 grados), reseca la dermis y puede cuartear la piel. Por ello, Clara Ferrer, vocal de Dermofarmacia del COF de Gerona recomienda que la temperatura del agua no sobrepase la temperatura corporal, unos 37 grados.
Los beneficios de una ducha con agua templada son múltiples:
• El aspecto de la piel mejora
• Se mantiene más hidratada, tersa y con los poros cerrados
• Calma el picor
• Mejora la circulación y mantiene a raya las varices
• El pelo no se engrasa tanto y esta más brillante
• La persona se siente más activa
• Estimula el metabolismo y quema más calorías

  • Si se abusa diariamente de agua muy caliente se eliminan los lípidos y la grasa natural de la piel
PERJUICIOS DE DUCHARSE CON AGUA DEMASIADO CALIENTE
En cambio, abusar diariamente de agua muy caliente tiene sus consecuencias. Se eliminan los lípidos y la grasa natural de la piel que forman una barrera natural que previene la evaporación del agua.

"La piel seca adquiere un aspecto cuarteado, áspero, tirante y con picor. Puede acelerar el proceso de envejecimiento y la aparición de arrugas", explica la experta. Además, al perder la protección natural, la piel se hace más vulnerable a los agentes externos, pudiendo aparecer dermatitis, alergias, infecciones, etc. El cuero cabelludo también sufre la deshidratación por la pérdida de los lípidos y podría producir más cantidad de sebo para compensarlo, con lo que los poros quedarían abiertos.

DUCHA EN PERSONAS CON ENFERMEDADES DE LA PIEL
Las personas con alguna enfermedad en la piel deben evitar el agua caliente y ducharse con templada.

En psoriasis el agua a elevada temperatura reseca la piel, causa picor e irritación e, incluso, podría empeorar la enfermedad. Aunque "los baños ligeramente calientes con sustancias emolientes alivian el picor y humectan las placas psoriásicas, aparte de tener un efecto relajante", indica Ferrer.
Si el individuo tiene rosácea, el agua caliente provoca vasodilatación, lo que agravaría la patología. En pieles con acné, demasiada temperatura resecaría la piel y produciría un desequilibrio lipídico que podría empeorar las lesiones. "También abriría los poros y serían más susceptibles de acumular bacterias y residuos".

UTILIZAR LOS PRODUCTOS ADECUADOS
En general, las personas con alguna enfermedad de la piel, "son más vulnerables a los detergentes que contienen los productos de limpieza. Les perjudica más los efectos de una higiene excesiva con jabones y productos de higiene no adecuados y de calidad. La acción corrosiva del jabón elimina los lípidos de la piel y su propia flora bacteriana, desapareciendo la protección natural de la piel contra las infecciones".

Por ello, otros consejos de Ferrer son elegir un jabón que respete el pH 5.5 de la piel y no rompa el equilibrio del manto hidrolipídico de la piel (mejor productos sobregrasos).
Aclarar bien el jabón, secar con una toalla suave y sin frotar la piel, y aplicar la crema unos minutos después, cuando la piel ya no esté caliente. Así se evitan posibles picores.

LOS BENEFICIOS DE LAS DUCHAS CON AGUA FRIA
Acabar la ducha con agua fría es una buena opción para cerrar los poros. Activa y mejora el flujo sanguíneo, mejora en la irrigación de todo el organismo, lo que puede beneficiar la cicatrización de heridas, una mejor oxigenación y nutrición de nuestras células.

También reduce la inflamación, aumenta el metabolismo, activa los mecanismos de defensa, tensa la piel, etc.

CONVENCER A PERSONAS FRIOLERAS
La sensación de frío se rige por la información que el hipotálamo le envía al cerebro, "siempre que a la persona friolera no le venga condicionada esta sensación por una enfermedad, podemos intentar adaptar unos hábitos para hacer más llevadera la ducha con agua templada", señala Ferrer.

Propone controlar la temperatura ambiental del cuarto de baño e ir disminuyendo un poco cada día la temperatura del agua de la ducha.

Fuente: "Correo Farmacéutico", 30-01-2016. 

 

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